Introducción
Los cuidados son fundamentales para el sostenimiento de la vida, el funcionamiento de la sociedad y de la economía. El derecho al cuidado asegura el bienestar físico, emocional y social de las personas, y permite, en general, la reproducción social. Como señala la Organización Internacional del Trabajo (OIT), los cuidados pueden ser directos, es decir, hacia personas que, por su edad, condición de salud o situación de dependencia requieren de atención especial, como niñas, niños, personas adultas mayores y personas con discapacidad; o indirectos, como la preparación de alimentos o la limpieza. La economía feminista, además, reconoce el trabajo de gestión mental para la organización del cuidado.
El trabajo de cuidados habilita las oportunidades para que quienes lo reciben ejerzan múltiples derechos, entre otros participar en el mercado laboral y en la vida pública. No obstante, a menudo es invisibilizado y realizado mayoritariamente por mujeres y niñas, sin ningún tipo de reconocimiento. Esto genera grandes desigualdades en términos de género y sobrecargas a las familias.
Por ello, es crucial que los gobiernos e instituciones del Estado implementen políticas públicas que promuevan el derecho al cuidado y al tiempo propio de las mujeres, garantizando programas, políticas y servicios accesibles y de calidad, así como el reconocimiento y la redistribución equitativa de estas responsabilidades. Este enfoque mejoraría no solo la calidad de vida de quienes reciben y brindan cuidados, sino que contribuiría también a lograr una sociedad más justa e igualitaria.
Agendas
A continuación, se presenta la agenda:
Nota: Las agendas se vinculan con otros temas. Recomendamos considerar las interrelaciones entre ámbitos al leerlas.